El paisaje de las Tierras Altas de Soria se caracteriza hoy en día
por la alternancia de sierras desnudas, castigadas por la erosión, y
extensas masas de pino repoblado. Sin embargo, sus bosques primigenios
debieron ser originalmente muy diversos. La característica mezcolanza de
los rigores eurosiberianos con microclimas mediterráneos y su
complicada orografía facilitan la abundancia de especies forestales
diferentes. Por otra parte, allí donde se conservan masas de bosque más o
menos naturalizadas, como (por citar algunos ejemplos) en Santa Cruz de
Yanguas, San Andrés de San Pedro o el alto valle del Hostaza por
Camporredondo y Diustes, se nos ofrece la oportunidad de comprobar cuán
rica es la variedad forestal potencial de esta zona. También los árboles
que ahora se abren camino espontáneamente en los claros y bordes de los
pinares de repoblación nos dan pistas de cómo pudo ser la composición
original del bosque local.
Todos estos indicios nos sugieren un
paisaje ancestral de extensos robledales, encinares, algunos hayedos en
las umbrías, pino albar en cumbreras, y un sinfín de frondosas variadas
salpicadas en los arroyos, aberturas y lindes que interrumpen los
bosques principales. Arces pueblan las riberas de los arroyos; serbales
(pomeras) destacan de amarillo, ocre y rojizo en otoño sobre el verde
del pinar; cerezos silvestres, maguillos, fresnos, álamos temblones... y
la lista continúa.
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Riqueza forestal entre Camporredondo y Diustes |
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Serbal espontáneo entre los pinos en Valdemoro |
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Maguillo en la sierra de Alcarama |
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Fresneda del río Baos en Santa Cruz de Yanguas |
Algunas
de las más llamativas tradiciones de los pueblos de esta zona tienen a
estas especies de árboles autóctonos como símbolos de sus rituales,
ritos cuyo origen se pierde, como diría aquel, en la noche de los
tiempos. Una de esas tradiciones es la del Mozo del Ramo, de
Sarnago. El ramo es en este caso un pequeño arce, y de arces no anda ya
ahora tan sobrado el entorno del pueblo. Por eso surgió la idea,
fraguada a medias entre Jose C. Santana, especialista en frondosas de
SORBUS, y Jose Mari Carrascosa de la A.A. SARNAGO, de promover la
recuperación de los arces sarnagueses en su hábitat natural del Arroyo
de las Hoces.
Comenzamos en primavera de 2016, con una de las
típicas hacenderas sarnaguesas aportando manos y herramientas, y unos
poquitos arces de la especie y procedencia locales, como elementos
protagonistas.
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Ageurridos sarnagueses durante la hacendera de plantación de 2017 |
Esta primavera de 2017, hemos continuado con otro pasito, pero esta vez aumentando la diversidad. Así, además de arces (
Acer campestre), hemos plantado en los alrededores del casco de Sarnago nuevos serbales (
Sorbus domestica), mostajos (
Sorbus aria), cerezos (
Prunus avium) y hayas (
Fagus sylvatica), buscando para cada cual el suelo acorde con sus requerimientos.
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Arce autóctono (Acer campestre), plantado en 2017 en la zona del Arroyo de las Hoces |
Vamos despacio, pero vamos. De entre los descendientes del pueblo, es
una alegría ver cómo los más peques también se están implicando en una
cosa tan bonita y a la vez tan importante como instalar vida natural en
el entorno. Palpar la tierra con sus manos, ver cómo las plantas
arraigan y evolucionan, mantener el contacto con lo esencial. Eso en sí
ya es toda una conquista.
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