miércoles, 5 de junio de 2013

TRAS EL RASTRO DEL TEJÓN


El tejón (Meles meles), también conocido como "tasugo" en muchos de nuestros pueblos, es un animal muy esquivo. Resulta tremendamente difícil toparse con él, pero si lo veis no lo confundireis con ningún otro, gracias a sus rasgos diferenciales. De la familia de los mustélidos (nutrias, comadrejas, visones, etc.), es un animal bajo (levanta unos 30 cm) pero largo (hasta 90 cm), ancho y rechoncho (pesa de 10 a 16 kg), de pelaje denso y grisáceo, blanquecino en algún caso, que se mueve meneando las caderas ostensiblemente.



Su cabeza es llamativa, blanca con dos listones negros que nacen en la nariz y van hacia atrás cruzando los ojos hasta las orejillas. El hocico es alargado y fuerte, muy móvil, lo que le permite hozar la tierra en busca de insectos y lombrices.





Las patas son cortas y muy fuertes, especialmente las delanteras, con las que cava con potencia, ya que cuenta con unas garras largas y muy poderosas.

El tejón esta presente en casi toda la península pero ausente de las islas. En nuestras áreas noribéricas suele habitar zonas arboladas, áreas de matorral, campiñas y praderas, especialmente si hay cursos de agua cercanos y afloramientos rocosos. Huye de las zonas de agricultura hortícola muy intensiva, y de las muy humanizadas.

Aunque decíamos que es complicado que se deje ver, sus rastros son manifiestos y fácilmente detectables en el campo, pues deja muchos y muy visibles. Sus huellas aparecen frecuentemente en los caminos, gracias al peso del animal. Precisamente por ser un animal pesado, su apoyo es plantígrado, es decir, que apoya toda la planta para ganar estabilidad, por eso en la huella observamos una almohadilla interdigital (la almohadilla principal) muy grande, y por delante cinco almohadillas digitales casi alineadas, con puntitos destacados correspondientes a las uñas curvas. El quinto dedo, en la parte interna de la pisada, a veces se marca menos o no se marca si el terreno es muy duro. Vemos un buen ejemplo a continuación (la hoja de la navaja mide 4 cm).



En algunos casos, en terrenos muy blandos, encontraremos también la marca del talón. El conjunto de huella con uñas es de 4 a 5 cm, pero con talón nos vamos hasta 8 cm. De ancho tienen entre 3 y 4 cm. Aquí tenemos un par de ejemplos de huellas con talón (la tapa negra del objetivo mide 6 cm):






Las pisadas del tasugo se suelen observar en secuencia al paso, siguiendo sendas y también caminos humanos, con inclinación hacia dentro de la pata, como también hace el oso, para ganar estabilidad:


El tejón es omnívoro, compone su dieta a base de raíces, frutos e invertebrados, que complementa en cierta medida, en función de la disponibilidad, con micromamíferos, anfibios, reptiles y carroña. De entre este elenco de alimentos, su especialidad son las lombrices. A la hora de deponer, el tejón hace letrinas muy características, extremadamente pulcras. Excava agujeros de hasta 10 cm de profundidad y los llena de excrementos hasta que se colman, y entonces empieza otra letrina nueva, para lo que en ocasiones entierra o semientierra la anterior. Aquí mostramos una letrina de tejón en uso reciente, que encontramos bajo una espesa capa de matorral:





Los excrementos por separado tienen entre 8 y 10 cm de largo por 2 o 3 cm de ancho, y aparecen compuestos de 2 o 3 segmentos. Muchas veces son negros y consistentes, como los que tenemos en la imagen de la derecha. Otras veces son un poco más grisáceos, con pelillos de micromamíferos y trocitos de quitina de los exoesqueletos y élitros de los insectos, como en las imágenes siguientes. 



Aquí se advierten claramente los restos quitinosos de los insectos ingeridos.


En otoño, cuando los tasugos se hartan de comer frutos del bosque, la estructura de sus excrementos se hace menos consistente y en ellos aparecen los "titos" y pieles sin digerir. Cuando ha comido exclusivamente lombrices el aspecto del excremento es como de barro. Las deposiciones aisladas de tejón pueden confundirse en ocasiones con las del zorro y el gato montés, pero cuando aparecen en letrinas tan pulcramente excavadas no hay duda posible. Aún así, seguiremos equivocándonos muchas veces, y al mismo tiempo aprendiendo un poquito cada día, el campo es así, no son matemáticas.

Otros rastros característicos de la presencia del tasugo son las bocas de las tejoneras, auténticas obras de ingeniería natural, complejas, con diversidad de túneles y cámaras. Los tejones recubren sus cámaras interiores de vegetación mullida, y construyen conductos de aireación, salidas secundarias... En ellas crían y se relacionan, pues se les cita como animales sociales dentro de sus madrigueras, si bien en el exterior suelen moverse en solitario. La boca de la tejonera se encuentra muchas veces bajo raíces gruesas o afloramientos rocosos, que las protegen de ser desmontadas desde arriba. Para distinguirla de las zorreras, nos fijaremos en si hay surco marcado en el suelo de tanto entrar y salir, cosa que delataría al tejón. Si al asomarnos apesta, o hay tierra esparcida en todas direcciones al cavar, podría tratarse del zorro. En cualquier caso, no es raro que los zorros u otros animales ocupen tejoneras abandonadas.


También son propias del tasugo las hozaduras en la tierra. A diferencia de las del jabalí, que levanta el suelo con su jeta como si un hortelano loco se hubiera dedicado a pegar golpes de azada sin ton ni son, las del tejón son más superficiales y sin volteo de tierra. Su morro es más fino, y lo introduce en el suelo blando para comer lombrices, insectos y raicillas. Aquí tenemos un par de ejemplos visuales:



El tejón tiene la costumbre de mover piedras, levantar avisperos y colmenas... y dejar pelos en los árboles, muy largos (10 cm), con bandas blancas y negras. Todo ello también le delata.




Por último, y por ser muy fiel a sus caminos, es posible también encontrar sendas marcadas en la vegetación. Aquí tenemos una estrecha sendita proveniente de una tejonera, cuya boca estaba a pocos metros:

lunes, 3 de junio de 2013

Sorbus en la SER_15º programa_CHOPO

Soria, 29 de mayo de 2013. Intervención de Sorbus en el programa "Hoy por hoy Soria", de la cadena SER Soria, conducido por el locutor Chema Díez.



Esta vez hablamos de los chopos en sentido amplio, citando al chopo común, al álamo blanco y al álamo temblón. Árboles omnipresentes en nuestras riberas y vegas, que nos han dotado de múltiples provisiones, y hoy en día siguen siendo una alternativa rentable como plantaciones para madera de desenrollo, pasta para papel, biomasa, etc.